El ablandamiento excesivo de los frutos carnosos limita su vida poscosecha influyendo en la preferencia de los consumidores. La firmeza de un fruto está condicionada por varios factores, siendo uno de los principales la rigidez mecánica determinada por la pared celular la cual está constituida por una red de microfibrillas de celulosa inmersas en una compleja matriz de pectinas y hemicelulosas. Durante la maduración, la acción combinada de diferentes proteínas y enzimas hidrolíticas que actúan sobre los componentes de la pared celular provoca una disminución del contenido, solubilización y depolimerización de los distintos componentes. La disminución y relajación de esta barrera mecánica no sólo disminuye la firmeza del fruto sino que también facilita el ataque microorganismos patógenos, lo cual acorta la vida poscosecha del fruto.