El objetivo de este trabajo es abordar el vínculo existente entre la Unión Soviética y el movimiento comunista internacional con los intelectuales occidentales en las décadas del veinte y del treinta. Se intentará indagar acerca de las causas del alto nivel de adhesión que el comunismo generó en la intelectualidad occidental en el periodo mencionado, adhesión que, por otra parte, no estuvo exenta de conflictos. Se parte de una perspectiva multicausal, en la cual entran en juego variables vinculadas al contexto histórico, al accionar concreto del Estado soviético de cara a la intelligentsia occidental y a ciertas características particulares vinculadas a la labor intelectual. Se intenta establecer distancia con respecto a concepciones monolíticas que ven a los intelectuales como meras marionetas del aparato cultural soviético indagando, por el contrario, en las tensiones y aspectos problemáticos del vínculo entre ambos campos. A modo de ejemplo se toma el caso del argentino Aníbal Ponce, quién desde su rol de "compañero de ruta", llevaría a cabo una activa tarea de difusión y propaganda en favor de la experiencia soviética. Su obra Humanismo burgués y humanismo proletario es fruto a su visita a la Unión Soviética, acaecida en 1935, y nos permite esclarecer algunas de las problemáticas enunciadas más arriba. Desde una perspectiva que combina la historia de las ideas (análisis del discurso) con la historia intelectual (análisis del itinerario y de las redes de sociabilidad intelectual) se intenta problematizar, a través de la figura de Aníbal Ponce, el influjo ideológico del comunismo soviético en los intelectuales occidentales y la red de turismo cultural destinada a convertir a estos intelectuales en propagandistas activos de los logros del "socialismo real". Se intenta indagar, al mismo tiempo, en las estrategias de reproducción y legitimación desplegadas por los intelectuales en relación a su propio campo y al campo comunista.