La investigación arqueológica se enriquece cuando se genera una interacción fluida entre los arqueólogos y las comunidades en las que se llevan a cabo los trabajos de campo. Los actores sociales locales (por ejemplo, propietarios de campos, funcionarios públicos, directores de museos y escuelas, docentes, alumnos, vecinos) con los que, en general, los investigadores entablan más contacto, ocupan un lugar central en el proceso de investigación. No sólo aportan información sobre la ubicación de los sitios arqueológicos, sino que colaboran con la organización y logística de los viajes e, incluso, participan en las tareas de campo. Esta relación, sin embargo, se vuelve discontinua debido a que no existen espacios formales donde la comunidad pueda apropiarse de los resultados de las investigaciones arqueológicas. Con este antecedente, el equipo de investigación nucleado en el Laboratorio 3 de la División de Arqueología del Museo de La Plata inició, en el año 2009, un proyecto de extensión universitaria financiado por la Universidad Nacional de La Plata. Este proyecto se orientó a promover y afianzar la interacción entre los saberes antropológicos y arqueológicos y los diferentes actores de las comunidades en las que se desarrollan los trabajos de investigación. A partir del vínculo con los museos regionales y las escuelas locales se organizaron talleres, charlas-debate y se diseñaron materiales didácticos para los museos. En los dos años de trabajo las actividades del proyecto se realizaron en 17 localidades y en ellas participaron más de 2.000 alumnos y 150 docentes de escuelas primarias y secundarias y un número mayor de público general.