Este trabajo se propone analizar, desde una perspectiva cualitativa-etnográfica, una práctica cultural protagonizada por un grupo de jóvenes que participa en un taller de cine de un asentamiento platense.
En un país donde los medios excluyen o exotizan lo diferente, se recupera la perspectiva de los/as jóvenes quienes, a través de sus cortos, intervienen en el espacio público para mostrar sus miradas. Es una práctica educativo-política, basada en principios solidarios y democráticos, en la que las historias que este grupo relata emergen desde la creatividad, la reflexión y el debate.