Durante el período que va desde julio del 2018 a junio del 2019 la región de África Subsahariana ha sido testigo de numerosas elecciones en las que los ciudadanos designaron a través del voto –directa o indirectamente- a sus máximos representantes. A simple vista dicha afirmación reviste un carácter positivo ya que las elecciones periódicas constituyen un requisito indispensable de toda democracia. Sin embargo, cuando se ahonda en los procesos electorales de cada uno de estos países saltan a la luz anomalías que hacen por lo menos repensar los modelos de democracia efectivamente instaurados en los mismos.