Este libro nace de una preocupación analítica sobre los modos de investigar las obras literarias. El recorrido personal de años de investigación en torno a Harry Potter no ha hecho más que devolverme a ciertas encrucijadas, las del «texto» y su «recepción», dimensiones que suelen permanecen disociadas en muchos estudios. Las convenciones genéricas que adopta Rowling se ven moldeadas también por las expectativas de sus lectores y los contenidos que ellos crean; las posibilidades interpretativas de los lectores están marcadas, también, por las operaciones discursivas autorales. Con frecuencia, la teoría y crítica literarias se han concentrado en el estudio inmanente del texto y han depositado el diálogo con las instancias interpretativas a las investigaciones sobre recepción en sentido amplio. En estas últimas, se engloban tanto estudios sociológicos como intentos de analizar respuestas lectoras a partir de teorías y disciplinas muy disímiles. Pues bien, la convicción de que es posible y necesario analizar una obra con una mirada integradora ha guiado este conjunto de escritura.