El parlamento resultante, producto de la distribución de 120 escaños de manera proporcional en base a un único distrito electoral a nivel nacional, produjo un empate entre las dos listas principales, el partido Likud de Netanyahu y el frente Kajol-Laván (Azul y Blanco) liderado mayoritariamente por figuras provenientes de las fuerzas armadas y cuyo principal referente es el ex Comandante en Jefe Benny Gantz. Este escenario de paridad le otorgó una desproporcionada influencia a los partidos más pequeños, cuyo apoyo era necesario para poder conformar una coalición gubernamental que representara a la mayoría del parlamento. Es así cómo el bloque de partidos que expresó su apoyo a la continuidad de Netanyahu resultó mayor al de la oposición, incluyendo a 65 parlamentarios sobre un total de 120, en una coalición compuesta por partidos de derecha laicos, ortodoxos sionistas y ultraortodoxos.
Sin embargo, a pesar de que esta realidad indicaba la probabilidad de que el nuevo gobierno estaría conformado por una coalición de derecha bajo el liderazgo una vez más de Netanyahu (quien gobierna el país sin interrupción desde marzo de 2009), una serie de desacuerdos entre los partidos frustró las negociaciones, dando lugar a la disolución sin precedentes de la Kneset antes de que formase gobierno y la realización de una nueva ronda de elecciones, anunciadas para el 17 de septiembre de este año. El presente artículo apunta a analizar las causas y consecuencias de este aparente fracaso electoral, así como las tendencias políticas y sociales al interior de la sociedad israelí que parecen revelar los resultados. En particular, se buscará explorar cómo la intensificación de la competencia a raíz de una segunda ronda de elecciones sin precedentes llevó a la realización de diferentes acuerdos de unión entre partidos, con el objetivo de aumentar la posición dominante (en el caso del Likud y sus aliados en la derecha del mapa político) o de dar vuelta la situación y evitar el debilitamiento de los partidos a la izquierda y en el centro del mapa político.