“El narcotraficante colombiano José Orlando Sánchez Cristancho fue condenado a ocho años de cárcel por una corte federal de Miami”. Así titulaban las noticias internacionales a fines de septiembre del corriente.
Sánchez, fue a mediados de los 90 uno de los grandes “capos” del mundo del narcotráfico de Colombia, siendo uno de los hombres de confianza de los hermanos Rodríguez Orejuela (Cartel de Cali) y luego uno de los principales miembros del Cartel del Norte del Valle. Luego de su primer condena en los Estados Unidos y tras recuperar su libertad, la DEA (Administración para el Control de Drogas) siguió sus pasos de cerca y descubrió maniobras de lavado de activos.
El plan estaba diseñado de la siguiente manera: Sánchez compraba bienes inmuebles en Estados Unidos y luego los vendía a precios recargados a compradores, que aliados con él, obtenían hipotecas que luego no pagaban. De esta manera lograban que el dinero ingresado en la mafia quedara “limpio” y además, que se multiplicara.
Para que el dinero volviera a sus manos, el dinero en dólares era enviado desde Colombia y terminaban en cuentas de un testaferro que luego giraba a allegados de Sánchez. De esta forma, según su expediente, logro lavar aproximadamente 1,3 millones de dólares. Por otro lado, el mismo expediente señala que luego de su libertad, Sánchez compró gran cantidad de bienes inmuebles en Colombia con dinero proveniente del tráfico ilícito de cocaína.
Como podemos notar, una clara maniobra de lavados de activos donde se logra dar apariencia de legitimo a bienes (ya sean en dinero o en especie) que en realidad son producto de actividades delictivas o ilegales (narcotráfico, secuestros, corrupción, estafa, entre otros).
Sánchez había sido extraditado en el año 2001, a los Estados Unidos para cumplir con una sentencia de 6 años (de los cuales solo cumplió 4) por vínculos con el narcotráfico, lavado de activos y fraude bancario.
¿Con quién se relacionaba Sánchez en los distintos Carteles de los que formó parte?