La fraternidad como categoría política, como concepto, como perspectiva de estudios académicos, y como práctica, ha concitado la atención de investigadores de diversas latitudes. Es así que junto a estos trabajos publicados y en progreso, han ido apareciendo (y también reapareciendo) críticas y dudas sobre la validez, alcances y prospectivas de dichos estudios. En este sentido, se puede argumentar que el principio olvidado ha pasado a ser, en parte, un principio objetado. Estas objeciones, por un lado, marcan los avances que el nuevo campo ha tenido, puesto que al despertar un interés mayor también motivan un análisis cada vez más exigente de los postulados sobre los que se basan los estudios sobre fraternidad. Por otro lado, estas observaciones representan un desafío para quienes encarnan las pesquisas sobre fraternidad, en la medida que dando respuestas a ellas pueden ir en profundidad y consolidando la validez del argumento. Este trabajo compila algunas las principales objeciones y críticas formuladas recientemente en torno a los estudios sobre fraternidad y procura analizar cada una. No se trata aquí de hacer una “defensa cerrada” del principio objetado, sino de abrir un diálogo que ponga en luz los cuestionamientos aludidos y a través de ellos busque dar mayor densidad argumental a la fraternidad, procurando dejar atrás una instancia enunciativa, inaugural, que ha caracterizado dichos estudios en América Latina en los últimos cinco años.