En el último decenio, América Latina realizó el pasaje del Consenso de Washington, asentado sobre la valorización financiera y una política generalizada de privatizaciones, al Consenso de los Commodities, basado en la extracción y exportación de bienes primarios a gran escala, sin mayor valor agregado, hacia los países más poderosos. Al compás de una nueva división territorial y global del trabajo, el Consenso de los Commodities cerró la etapa del mero ajuste neoliberal y abrió a otro ciclo económico en América Latina, caracterizado por las altas tasas de crecimiento y las ventajas comparativas -que en líneas generales persisten, aún en el marco de la reciente crisis económica y financiera global-, gracias al boom en el precio de las materias primas.