El autor de este libro se inscribe dentro de la cada vez más amplia hilera de economistas que, habiendo logrado reconocimiento como miembros dilectos del sistema económico mundial, deciden denunciar sus miserias, aunque no al límite de dejar de cobrar ingentes sumas por sus conferencias plagadas de críticas hacia lo injusto del sistema. Este trabajo sigue esa línea. Quizás lo más interesante del libro se encuentre en su título que invita a pensar en que realmente la pobreza es mucho más una realidad creada por el hombre que un designio de la naturaleza.