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Esta publicación comparte desde la Universidad Pública una producción colectiva, con el propósito de establecer una interlocución entre quienes trabajan en el campo de la educación, a partir de los hallazgos de dos investigaciones realizadas recientemente en el marco del Centro de Estudios Trabajo Social y Sociedad, de la Facultad de Trabajo Social de la UNLP. Las indagaciones desarrolladas revelan cuestiones que interpelan las identidades profesionales y redefinen los sentidos construidos en torno de la relación entre la sociedad y la escuela, en escenarios de crecientes desigualdades, que demandan horizontes repolitizados para pensar la trama pasado-presente-futuro. Reconocer esas interpelaciones implica sostener lecturas y prácticas educativas que pongan en tensión las discursividades dicotómicas que, además de propiciar posiciones moralizantes y conservadoras, obturan la posibilidad de comprender los procesos y acontecimientos en clave de complejidad, brindando un tratamiento digno y humanizado a las infancias vulnerabilizadas. Así, estas páginas son producto de las re exiones generadas durante los últimos cuatro años, a partir del intercambio con grupos de docentes y familias de instituciones educativas de la provincia de Buenos Aires, cuya matrícula es -en gran medida- conformada por niños, niñas y jóvenes en situación de pobreza. También ha resultado un insumo que potenció el trabajo analítico la recuperación de la propia trayectoria de integrantes del equipo investigador, que han desempeñado diferentes cargos en instituciones del sistema educativo provincial, además de la actual inserción en la docencia universitaria en las carreras de Trabajo Social y de Ciencias de la Educación. La reconstrucción de la experiencia es narrada desde una escritura que intenta develar lo no dicho, aun cuando las situaciones estudiadas han sido descriptas, mostradas y nombradas desde otros ángulos de lectura. En este sentido, el texto procura aportar a la generación de nuevas preguntas, reconociendo las potencialidades de los sujetos y asumiendo una posición de búsqueda teórica que permita ampliar la comprensión de las dinámicas educativas. El estudio fue de carácter exploratorio y descriptivo, de corte cualitativo, con énfasis en la recuperación de la perspectiva de los actores; y se sustentó en una conceptualización integral de la relación entre sociedad y escuela. Inicialmente, se enfocó la re exión en la signi cación de la “comunidad educativa” y su relación con los procesos de democratización, las lógicas de participación y las estrategias de inclusión educativa de las infancias vulnerabilizadas. En un segundo momento, las búsquedas se orientaron al análisis de la relación entre las familias y las instituciones, tomando como referencia empírica los Centros Educativos Complementarios. La indagación se dirigió a reconocer las estrategias participativas desplegadas por las familias, y cómo las mismas interpelan las propuestas socio-educativas, poniendo en tensión las posiciones que dicotomizan la lectura de la trama relacional existente entre lo familiar, lo escolar y lo socio-comunitario. Las nociones de participación, complementariedad y “modelos de familia” fueron revisadas a partir de su contextualización en un escenario de transformaciones sociales con marcadas desigualdades, a partir de poner en cuestión los instituidos del imaginario social moderno. Por último, interesa señalar que los lugares sociales ocupados por familias y escuelas no son homogéneos, son la resultante de procesos relacionales históricos, constitutivamente complejos y tensionados. De igual modo, las posiciones de enunciación de quienes narran e interpretan esta experiencia, enmarcada en la trama social-histórica donde topológicamente y simbólicamente se inscriben las instituciones educativas y los desafíos de educar como acto subjetivante, no han sido ni son neutras. Por tal motivo, el trayecto investigativo procuró reconstruir herencias y memorias e hilvanar sentidos, capturando su potencialidad para reinventar y habilitar un por-venir, donde la producción de saberes devino estratégica para comprender la construcción de identidades fragmentadas. Es decir, posibilitó examinar procesos de diferenciación producidos por relaciones asimétricas, problematizándolos desde la singularidad de las situaciones, contrarrestando la “anticipación de destinos” para instituir un nuevo campo de significaciones.