El logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible requiere de un gran compromiso y esfuerzo de los distintos actores públicos y privados a nivel internacional, pero en particular precisa de un volumen de ayuda financiera considerable. La meta 17.2 permite monitorear estos aspectos de la cooperación, focalizándose en aquellas naciones más desarrolladas. Pese a los progresos observados, principalmente en las últimas dos décadas, resta aún mucho camino por recorrer y quizás sea necesario un replanteo a nivel global de las responsabilidades, procurando completar la Agenda 2030 sin “que nadie se quede atrás”.