En estas épocas del Covid-19, se han intensificado la crítica y censura al capitalismo y a su matriz de poder blanca y patriarcal y a su modelo neoliberal de acumulación de capital basado en el sistema financiero y de capital especulativo, que tiene como característica convertir a la sociedad y al mundo en un nicho de extracción de recursos de la tierra y de las personas. Mientras el hombre lleva quizás más o menos 300.000 años en el planeta, el capitalismo lleva poco más de trescientos, muy poco tiempo, pero este lapso ha servido para que entremos no solo en una crisis ambiental, sino además civilizatoria, de tal magnitud que, inclusive, una pandemia por contagio de un virus se ve como un factor positivo que ayuda a las resistencias políticas frente a la transformación del panorama de destrucción del planeta hacia salidas y soluciones a las catástrofes sociales, culturales, económicas y ambientales que ha dejado esta forma de organizar la vida.