La enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), causada por el virus SARS-CoV-2 (donde SARS significa síndrome respiratorio agudo grave) nos ha confrontado con una larga serie de situaciones de escala global. Me gustaría, apoyándome en un par de lecturas, apuntar a dos cuestiones pasibles de un abordaje comunicacional y/o comunicológico.En primer término, quisiera sugerir un señalamiento hacia ciertos devenires de las comunicaciones en el marco del aislamiento social preventivo y obligatorio. Me refiero, antes que al siempre mentado “rol de los medios” —que es, de todos modos, importante—a las formas de vigilancia y control verticales y horizontales desatadas por un auténtico estado de excepción (que teme definirse como tal, dando lugar a todo un campo abierto de arbitrariedades estatales).En segundo lugar, habría que enmarcar estos fenómenos comunicacionales en el campo comunicológico mayor de los debates en torno a la crisis ecológica de causa antrópica, la discusión más urgente de nuestra época, llamada así por un creciente número de investigadores de todas las disciplinas como Antropoceno. Es decir, preguntarnos de qué formas la actividad humana ha facilitado la zoonosis y posterior difusión del virus. Nótese que no pretendo agotar aquí estos asuntos (se trata éste de un texto breve pensado como sugerente), sino simplemente lanzar algunas puntas pasibles de presentes y futuros abordajes desde una mirada comunicacional.