La renuncia de Susana Malcorra a la jefatura del Palacio San Martín fue el dato más significativo del periodo analizado por las posibles implicancias que puede tener en el diseño y ejecución de nuestra política externa. Y, por otro lado, el objetivo impreciso de “volver al mundo”, resultó una argucia ideológica con un exceso de expectativas que tropieza a cada paso con una realidad que se mostró esquiva para su complimiento.