Investigadores de las ciencias sociales y humanas se encuentran delante de dilemas al examinar acontecimientos complejos como el proceso histórico y la vida social. Sus esfuerzos teórico-metodológicos, si no tienen en cuenta la necesaria vigilancia ontológica y de los procedimientos adecuados a las exigencias del objeto de estudio, pueden resultar en un apego espontáneo e instrumental a las apariencias o en una construcción abstracta de hipótesis auto-confirmadoras que no contribuyen a revelar la realidad estudiada.