El pasado 14 de febrero The New York Times titulaba: “Rio carnivalism arred by violence as city’s security troubles worsen”. Encabezado alusivo a la última edición de esta celebración afamada mundialmente que estuvo empañada por hurtos masivos, saqueos de tiendas y duros enfrentamientos entre la policía y facções criminosas (Londoño & Darlington, 2018). Dos días después de haber finalizado este mega-evento, el presidente Michel Temer decretó una intervención federal que deja al Ejército a cargo de la seguridad pública carioca, medida extraordinaria cuyo propósito es restaurar el orden ante la ola de violencia criminal que ha afectado recientemente a la Cidade Maravilhosa.