Los crímenes contra la humanidad fueron formulados jurídicamente por primera vez en 1945 en ocasión de la celebración de los procesos judiciales de Nüremberg. Fue partir de ese momento que numerosos instrumentos internacionales incorporaron el concepto, como por ejemplo los Estatutos de los Tribunales Penales Internacionales para la ex Yugoslavia y Ruanda, y de la Corte Penal Internacional. Si bien la formulación jurídica de la noción de crímenes contra la humanidad varía de un texto al otro, el concepto que contiene se mantiene en todos ellos, y puede afirmarse ahora que el mismo ha cristalizado en una norma internacional de carácter consuetudinario.