El avance de la pandemia en el mundo sorprendió a Chile en marzo de 2020, cuando se presentó el primer caso de COVID-19 positivo, a tan solo 5 meses del estallido social iniciado el 18 de octubre de 2019. Asonada que estremeció al gobierno del Presidente Sebastián Piñera, quien llegó a bajar hasta un 6% de aprobación ciudadana encarnando la rabia y descontento de sectores populares postergados. La explosión social, con permanentes manifestaciones callejeras, demandaba superar desigualdades que se arrastran por años, derivadas de un modelo económico neoliberal, donde el consumismo y la meritocracia individual han sido la tónica constante de una amplia clase media con bajos salarios, un alto endeudamiento de las familias y con jubilaciones que impiden vivir dignamente al grueso de los trabajadores que pasan a retiro.