En el marco del genocidio de la última dictadura militar la “desaparición forzada de personas” fue implementada como metodología regia y se constituyo en paradigma del disciplinamiento por el terror, debilitando conductas solidarias en busca de la confusión deliberada de la opinión pública y la aceptación social. Su modo de operar, mayoritariamente “clandestino”, se baso en el “ocultamiento, desconocimiento y desinformación”, instrumentos que posibilitaron la violación masiva de los derechos humanos y el alfabeto utilizado por la dictadura para construir su “verdad” sobre la historia de la “guerra sucia”, además de su estrategia para la impunidad. [Extracto a modo de resumen]