La potencialidad hegemónica de determinadas fracciones de la burguesía radica en su capacidad de confundir su reproducción particular con la reproducción del conjunto social, es decir, de asegurar la reproducción del capital en general. Sin embargo, en las sociedades contemporáneas la realización de esa potencialidad, el ejercicio específico de las funciones hegemónicas, corre por cuenta de aparatos burocráticos especializados, prioritariamente – aunque no sólo ellos – los partidos políticos.
Esta ponencia tratará sobre la construcción por parte del menemismo de un “bloque político” que fue capaz de traducir el predominio económico y la capacidad hegemónica de una serie de fracciones de la clase dominante en una hegemonía efectiva. La violencia hiperinflacionaria actuó como fundamento coercitivo del consenso en torno al programa de reformas neoliberales, pero ello en la medida que el menemismo construyó una hegemonía, en que realizó una condición de posibilidad.