Si bien el concepto de "pertinencia" ya había comenzado a circular algunos años antes, es en la “Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el Siglo XXI” que adquiere una centralidad que no tenía, al erigirse como argumento fundamental del reclamo por una profunda reforma de los estudios superiores en todo el mundo. Las apariciones del, en ese entonces novedoso, concepto de “pertinencia” en la declaración citada fueron numerosas y se referían particularmente a la “pertinencia de los planes de estudio” de las instituciones de educación superior. Sin embargo, y tratándose de un documento que tenía por objetivo declarado orientar políticas de transformación de ese nivel de educación a nivel internacional y atendiendo a las enormes diferencias que se encuentran aun hoy en las realidades educativas de los diversos países firmantes de la misma, resultó inevitable el carácter general y en muchos casos ambiguo (propio del lenguaje diplomático de este tipo de documentos), con el que se buscó establecer una definición de los conceptos de pertinencia y calidad.