Cuando, fascinado por los modos de vida de los pibes de la/en situación de calle, sus prácticas de supervivencia cotidianas, las relaciones entre ellos así como también con los otros, es decir, –un tanto totalitaria y arbitrariamente- todos nos-otros, comencé a pensar en la forma de acercarme a dicha problemática, comprendí que lo más apropiado sería primero intentar conocer la norma a la que éstos no se ajustan, la norma que rompen y, en un mismo movimiento, confirman: la institución social infancia. Comencé, pues, a indagar sobre los modos en que la institución histórica de la infancia, así como la configuración de los niños en tanto sujetos, se había desplegado en nuestro país –procesos en los que se encuentran similitudes respecto a otros partes del mundo, pero también particularidades emergentes que hacen a su singularidad histórica. En esta búsqueda de la génesis de la institución infancia, en tanto construcción objetiva y subjetiva de esa realidad que son los niños, me encuentro con que, al comenzar a ser pensados y definidos como niños, éstos son, al mismo tiempo, muchos otros además de niños. Sobre la historia de estos muchos otros intentará dar cuenta el presente trabajo.