La implementación del código civil y comercial de la Nación ofrece a las Casas de Altos Estudios una oportunidad inmejorable para discutir la pertinencia de sus planes de estudio al interior de los organismos correspondientes a cada universidad. La discusión deberá girar, necesariamente, sobre la denominación y contenidos mínimos de los espacios curriculares, la articulación de las correlatividades y las metodologías de trabajo.
Esta oportunidad se traduce, asimismo, en un poderoso estímulo a partir del cual las Secretarías Académicas de las facultades o carreras que expiden el título de abogado promuevan la capacitación pedagógica y actualización científica de sus cuerpos docentes, en un diálogo abierto con el claustro docente, con los egresados y con los colegios de abogados cuya matrícula se nutre de los egresados Las universidades deberán promover estas acciones de cara a la futura acreditación de la carrera de abogacía por parte de la CONEAU y, más esencialmente, debido a la enorme responsabilidad pública que pesa sobre ellas en tanto únicas entidades autorizadas para expedir el título de abogados.