En el presente artículo, nos proponemos revisar la calidad dramática de la trama de Suplicantes de Esquilo, según dos criterios, uno clásico y otro moderno.
En primer lugar, la reconsideración de la pauta aristotélica nos obliga a verificar la presencia de los dos elementos que, en la Antigüedad, acreditaban para valorar la complejidad de una composición trágica: reconocimiento y peripecia. En cuanto a la evaluación de la trama desde una perspectiva moderna y en vigencia, la calificación de “compleja” equivale a “intrincada”. Por lo tanto, a mayor cantidad de conflictos, mayor dificultad del argumento y mayor estima. En este punto, procuramos examinar la cantidad y cualidad de los agones que sostienen los diferentes momentos de tensión de la obra.