Como marxistas, no compartimos la aspiración a un mayor desarrollo del capitalismo nacional, ya que “más capitalismo” significa mayor plusvalía extraída por los empresarios a la clase obrera. Nuestra mira es que la clase obrera tome en sus manos (en el marco de la lucha por liberarse del yugo del capital) la resolución de los problemas nacionales que la burguesía es incapaz de resolver: una verdadera ruptura de toda atadura con el imperialismo, recuperar el manejo nacional de los principales recursos, y dar respuesta a las necesidades más acuciantes de los sectores populares estableciendo elementos de planificación en la economía. Pero frente a los que vuelven a reeditar las expectativas en un camino de desarrollo paulatino, que signifique algunas mejoras para la clase obrera y el conjunto de los sectores populares, y vaya sentando las bases para plantearse avanzar hacia el socialismo, se nos vuelve a imponer, recurriendo a la experiencia histórica y las elaboraciones teóricas del marxismo revolucionario como apoyo, mostrar que el proyecto de mayor desarrollo burgués que se proponen no tiene (ni tuvo incluso en épocas más favorables) puntos de apoyo. El estudio de la estructura económica argentina, y sus trabas para el desarrollo, permitirá mostrar en profundidad las falacias detrás de las viejas y nuevas propuestas desarrollistas. Vamos a plantear algunos elementos que nos parecen centrales para encarar dicho estudio.