El eslogan del derecho a la educación superior es algo que ya fue apropiado por gran parte de la sociedad, aunque aún existen modelos políticos que pretenden avasallar ese derecho. La Universidad tiene la responsabilidad de hacer que la formación que brinda, que el conocimiento que produce, que los vínculos que crea con distintas instituciones, organizaciones y actores, tengan como horizonte el bien común de la sociedad. Lo que interpela la práctica docente de quienes creemos que ese derecho a la educación superior debe estar acompañado del derecho a una formación integral, y no sólo técnica como se recibe en algunos sectores de la Universidad, es que nos exige a las Instituciones y a sus docentes generar condiciones de acceso, aprendizaje integral y egreso para lograr el fin propuesto.
A través de la extensión universitaria, aquellas carreras fuertemente dedicadas a lo técnico, encontramos el camino propicio para acercar a los alumnos y a las alumnas a la cuestión social y con ello brindarle una educación más integral. También a través de la extensión se logra un canal propicio para la comunicación entre los movimientos sociales, que son quienes mejores detectan las necesidades de ciertos sectores sociales, y la Universidad. Un grupo de universitarios no debe ser el eslabón final que se involucra en la red aportando una solución al problema social ya que al no haber vivenciado esa problemática no puede leerla en su conjunto, sino está presente desde el momento mismo de su definición a través del intercambio con los movimientos sociales. En ese sentido, es posible cuestionar la idea de que la voluntad de un grupo de investigación por generar conocimiento aplicado sea suficiente para asegurar su utilidad social.
La educación y el proceso de enseñanza aprendizaje no se resuelve sólo con herramientas técnicas, ni con instrumentos ni con tecnología, es necesaria discusión y decisión política, es por ello que presentamos el presente trabajo que intenta acercar la mirada de un grupo de ingenieros sobre la educación que reciben sus alumnos y alumnas a lo largo de toda su trayectoria educativa. Se encontrará, además, una fuerte vía para acercar la universidad a sectores relegados, esos a los que no les alcanza sólo con que la Universidad sea “gratuita”.