El nuevo paradigma economicista que se trataba de imponer, equipara a la Universidad con una empresa, dejando entonces de ser esta institución un referente cultural básico para constituirse en una corporación más al servicio del mercado. La lógica empresarial, la competencia entre centros de estudios (y entre personas), el criterio productivista, la respuesta rápida a las demandas que formula -o formularía- la sociedad serían entonces los valores de esta nueva cultura académica. Nos proponemos aquí discutir la inversión de la ecuación, en el sentido que los criterios empresariales, su asignación de importancia y pertinencia, y la “rentabilidad”, sean los valores que caractericen la actividad universitaria.