En el presente trabajo, me interesa retomar la palabra del sobreviviente, su testimonio –que articula el decir acerca de la propia experiencia y el decir acerca de los otros, detenidos-desaparecidos-, para aproximarme a las formas en que el haber estado allí resuenan y reconfiguran los procesos identitarios. Estas consideraciones nos permiten reflexionar en torno a la figura del sobreviviente como testigo; ello nos remite, por un lado, a la experiencia inenarrable, a la imposibilidad de la palabra de aquellos “testigos integrales” de los que habla Agamben y, por el otro –sustancial para nuestra propuesta-, a lo (im-)posible y disruptivo de la propia experiencia. ¿De qué da cuenta la palabra del sobreviviente, cuando esta tiene lugar?
En función de estas consideraciones, trabajaré, particularmente, en torno a algunos de los problemas teóricos que, considero, me permiten indagar y reflexionar acerca de la figura del sobreviviente, intentando avanzar sobre la pregunta respecto de qué identidad/es se (re-) configura/n a partir de la experiencia concentracionaria y de qué manera se articulan en una narrativa. Asimismo, articularé estos desarrollos teóricos con el abordaje de los testimonios brindados en el libro “Ese infierno. Conversaciones de cinco mujeres sobrevivientes de la ESMA”, dado que las problemáticas abordadas allí y la modalidad que asume la narrativa –conformada a partir de reflexiones colectivas, complejas y profundas- constituyen un material de relevancia analítica y conceptual a los fines del trabajo que me propongo realizar.