Los estudios sobre memorias del pasado reciente de la Argentina han experimentado importantes transformaciones desde mediados de los años noventa, cuando estas narrativas comenzaron a correr su foco de los recuerdos del horror y, en una alegre revancha, comenzaron a dar cuenta de otros aspectos de la vida de entonces, como fueron las luchas y las esperanzas de toda una generación de militantes (Rabotnikof, 2008).
En esta nueva forma que tomaron los relatos de las memorias de los años sesenta y setenta se evidenciaron notables signos de compromiso en la recuperación de la complejidad de aquellos años. De hecho, comenzaron a tener lugar algunos relatos que antaño se escondían en los márgenes. Sin embargo, aún hoy quedan un poco desdibujadas todas las otras experiencias que no se inscribieron en contexto de militancia política.
En el presente trabajo procuraré, por un lado, analizar las dificultades de diversa índole que se encuentran en la reconstrucción de narrativas de las experiencias de las mujeres feministas de los años setenta y, por otro, analizar las memorias y las historias que sin embargo ha conseguido (re)construirse.