A lo largo de las últimas décadas, el cuerpo humano ha devenido, sin dudas, apuesta y campo de batalla de conflictos éticos y sociales centrales en las agendas políticas de la actualidad. El sociólogo británico Bryan Turner (1996) califica esta situación de “sociedad somática” : un contexto histórico cuyos “mayores problemas políticos y personales son tanto problematizados en el cuerpo como expresados a través de él” (p. 1). A esta luz, el autor argumenta la necesidad de replantear el problema teórico clásico del “orden social” en términos de un “orden corporal”, a cuyos efectos elabora un modelo funcionalista que presentaremos en la siguiente sección, a modo de punto de partida de nuestra argumentación. [Extracto a modo de resumen]