La interrogación acerca de cómo definir a la tecnología es compleja, pero puede ser resuelta si nos enfocamos en algunos aspectos centrales que permitan resaltar sus rasgos más importantes y nos ayuden, luego, a pensar dilemas más enredados. Tomemos como referencia conceptual el trabajo teórico de Andrew Feenberg. Este autor identifica dos posturas frente a la tecnología, dos posicionamientos que traen aparejados una definición de lo tecnológico, como así también las consecuencias sociales que su despliegue supone. Pero antes, no nos olvidemos de nuestra inquietud inicial: ¿cómo definir a la tecnología? Podemos afirmar, muy sintéticamente que, ante todo, ella es una forma posible, entre otras, de conocimiento objetivado en un artefacto; es decir como una configuración de saberes o conocimientos plasmados en algo material. Ahora sí, habiendo despejado el primer interrogante, veamos los dos posicionamientos que aquí nos interesan para contextualizar a la tecnología en un escenario más complejo. Ellos son: la teoría instrumental y la teoría sustantiva.