Este artículo, se plantea una pregunta simple y elemental: ¿por qué debe la sociología preocuparse por el turismo? La ineludible solidez de éste interrogante, se articula con la sencilla y natural contundencia que presenta su respuesta: porque el turismo es un hecho social tal como Durkheim los definía. Pero también y parafraseando a Marcel Mauss, se afirma sin lugar a dudas que el turismo es un hecho social total porque aún como fenómeno parcial, las repercusiones de sus procesos interfieren en toda la sociedad resonando en todos los sectores y actividades, sobre todo, desde su internacionalización y masificación a partir de la 2° posguerra mundial. En síntesis, el fenómeno puede ser entendido como externalidad de un proceso de cambio social; pero también y simultáneamente, una variable capaz de motorizar dicho proceso.