Siguiendo esta línea, en la mayor parte de los estudios abocados al estudio de personas que se dedican al reciclado de residuos urbanos se caracteriza a esta población como emergente del proceso de precarización del empleo de los años '90 (Schamber y Suárez, 2002; Shammah, 2007; Paiva, 2008, et al). Por su parte, los programas sociales los encuadran en las poblaciones vulnerables definidas por su “inempleabilidad” para las cuales se alienta el autoempleo a través de la “economía social”.
En esta ponencia problematizamos esa caracterización a partir de una investigación realizada con trabajadores/as de “Eco Solidaridad”, una planta social de clasificación y venta de residuos sólidos urbanos emplazada en el relleno sanitario Zona Norte III del CEAMSE. La investigación realizada nos llevó a poner en cuestión, en primer lugar, la hipótesis de un mundo del trabajo homogéneo y con plena integración social en la Argentina de los años '70. En segundo lugar, la continuidad lineal entre subjetividades y prácticas, ya que hemos relevado que el empleo asalariado ha sido tan excepcional en las trayectorias laborales de los/as actuales trabajadores/as –muchos/as de ellos/as quemeros/as-como en las de sus padres/madres y abuelos/as. Sin embargo, el discurso del empleo a tiempo completo y con beneficios sociales como máxima expresión del “trabajo digno” está presente como expectativa o aspiración. Esta tensión –aparente- pone de manifiesto la necesidad de revisar el modo en que enfocamos la caracterización de las personas que trabajan en mercados de trabajo secundarios en general, y de los/as recicladores/as urbanos/as en particular. Para avanzar en ese sentido, esta ponencia explora la construcción de los marcos de sentido sobre los que se asienta esta configuración discursiva a partir de los relatos de vida de dos trabajadoras, recuperando las herramientas analíticas que brinda la crítica feminista a los estudios culturales (Scott, 1991).