Resulta bastante conocido el hecho de que durante la década de 1990, las políticas neoliberales impulsadas por el gobierno de Carlos S. Menem provocaron un vertiginoso crecimiento de la pobreza y del desempleo en la Argentina. En ese marco, se produjo la emergencia de un fenómeno organizativo novedoso: el del movimiento piquetero, conformado esencialmente por trabajadores desocupados. Desde 1996, la palabra piquetero comenzó a utilizarse por los medios de comunicación para referirse a quienes practicaban el corte de ruta como método de lucha. Los primeros grandes cortes de ruta estuvieron organizados por distintos sectores sociales y se produjeron ese año en Cutral-Co y Plaza Huincul, provincia de Neuquén, para repetirse al año siguiente en esas localidades y en Tartagal y General Mosconi, provincia de Salta. Sin embargo, después de ese momento, empezaron a surgir agrupaciones de trabajadores desocupados en distintos puntos del país, que implementaron sistemáticamente el corte de ruta como forma de protesta. A partir de esas acciones las agrupaciones de desocupados fueron designadas como organizaciones piqueteras. En tanto piqueteros, los desocupados organizados emergieron como un nuevo actor social en la Argentina, y desde su primera Asamblea Nacional, en julio de 2001, hasta el presente, las distintas corrientes piqueteras conformaron un vigoroso movimiento social y político.