En español
Para evaluar la capacidad de identificación de especies fúngicas y el tipo y número de prácticas micológicas realizadas por los laboratorios participantes del Subprograma Micología del Programa de Evaluación Externa de Calidad (PEEC) de la Fundación Bioquímica Argentina, se llevó a cabo entre ellos una encuesta anónima y no obligatoria. Ciento treinta y cinco laboratorios (34%) respondieron a la totalidad de las preguntas; de ellos cerca del 75% procesaba entre 1 y 10 estudios micológicos mensuales y alrededor del 10% hacía lo propio con más de 50. Alrededor del 35% de los participantes refirió capacidad para determinar el género de hongo dermatofito aislado y otro 35%, de establecer, además, la especie. Cifras similares correspondieron a la identificación de levaduras del género Candida, mientras que con los aislamientos de Aspergillus, Mucorales e Histoplasma capsulatum, entre 20 y 40% de los laboratorios refirieron incapacidad para reconocerlos. El 22% de los laboratorios refirió identificar a Pneumocystis jiroveci en secreciones respiratorias, empleando para ello el 87%, la coloración de Giemsa. Más del 95% de los laboratorios respondió no determinar la susceptibilidad antifúngica in vitro de los aislamientos ni la presencia de anticuerpos específicos, así como tampoco realizar pruebas cutáneas de lectura retardada con antígenos fúngicos. La mayor parte de los laboratorios participantes pueden clasificarse como de “baja complejidad” y muchos deberán esforzarse para mejorar su capacidad de identificación de las especies fúngicas de importancia médica.
En inglés
An anonymous and not compulsory inquiry among participant laboratories in the Mycology Sub-Program of the Quality Assurance System (QAS) from Fundación Bioquímica Argentina was carried out in order to evaluate their capacity for identification of fungal species and the type and number of mycological practices performed by them. One hundred and thirty five laboratories (34%) answered the formulated questions whom Nearly 75% of them processed monthly 1-10 mycologycal studies and nearly 10% did the same with ≥ 50. About 35% of the participants referred to their ability to determine the genus of the isolated dermatophytes and other 35% stated they were also able to identify the species. Similar values corresponded to the identification of yeasts of the genus Candida, while 20-40% of the laboratories said they were unable to recognize the isolates of Aspergillus, Mucorales and Histoplasma capsulatum. Twenty two per cent of the laboratories admitted being able to identify Pneumocystis jiroveci in respiratory samples, 87% of them using the Giemsa stain.
More than 95% of the laboratories answered that they determine neither the antifungal susceptibility in vitro of the isolated strains nor the presence of specific antibodies, or the delayed skin tests with fungal antigens. Most participant laboratories can be classified as “low complexity” and most of them should have to make an effort to improve their capacity of identification of medically important fungal species.