Nuestro viaje comienza con la búsqueda hacia las palabras, los símbolos y las prácticas estigmatizadas en los cuerpos de los “otros”, que a la vez somos “nosotros”, como reflejos de nuestras propias identidades. Afirmamos que existe una comunidad en la ciudad de La Plata, conformada por bolivianos cochabambinos que intentan mantener su identidad al “territorializar” sus prácticas culturales en un lugar extraño como estrategias y tácticas de supervivencia. Para poder comprender esa imbricación entre identidad y lugar apelaremos a los discursos, a las actitudes y a las prácticas cotidianas que conforman el universo real y simbólico de los actores estudiados. El camino elegido para iniciar nuestra investigación toma los hilos de las tramas biográficas de los protagonistas que aquí damos cuenta. Ellas nos conducen a la situacionalidad en la que se desarrollan, pues encarnan las vivencias que fueron corporizándose en la red de relaciones y de experiencias pasadas, presentes y próximas a ser escritas. El entramado nos acerca a los espacios donde se construyen las identidades culturales y se manifiestan los procesos de estigmatización, segregación y exclusión socioterritorial. Los datos que constituirán la información serán los discursos sociales, que no sólo serán el soporte físico del fenómeno social, sino también el instrumento de su producción. La idea primigenia que asumimos para esta investigación es la dialogicidad, es decir, enfatizar la participación de los involucrados en el proceso de generación de conocimiento a partir de un desarrollo hermenéutico y un acercamiento empático con los sujetos de la comunidad. Así, intentaremos rescatar el modo en que se vive la cultura, la trama íntima de los productos, las rutinas, los modos diarios de hacer y de percibir; de soñar y recordar. El espacio de nuestro acercamiento conceptual es conocido en la ciudad de La Plata, Argentina, con el nombre de “la favela”, lugar donde se han transplantado los rituales y las emociones que se palpitan en Cochabamba, una memoria popular devenida en sujeto territorial. Los emigrados cochabambinos recuperan así el espacio propio donde hacen sus prácticas y elaboran sus discursos en los que todos se ven reflejados. La emigración muestra también un rostro doloroso, el rostro del desarraigo, pues se fueron de su tierra para sobrevivir y reconstruir una nueva identidad a partir de la mezcla y la hibridación. Dilucidar esas actuaciones de los sujetos sociales será la tarea que aquí expondremos como un puntapié inicial para futuras historias, tramas, redes y espacios que inevitablemente deberemos transitar.