En el transcurso de la pasada década, la economía productiva de la Argentina ha sufrido un acelerado desmantelamiento, a través de la implementación de políticas neoliberales que agudizaron el proceso de reconversión económica comenzado por la última dictadura militar. En este marco, la aparición de nuevas formas colectivas que rechazan la aplicación de dichas políticas de ajuste evidencia la existencia de un vasto sector de excluidos que han optado por buscar una salida propia a la crisis, ante la falta de respuestas por parte de los sectores políticos y sindicales tradicionales. Estas organizaciones –caracterizadas por similares reclamos y estrategias de acción– se posicionaron en el mapa político como una alternativa frente a los actores que históricamente habían ejercido la representación de los sectores populares. En ese sentido, si bien nacieron apoyadas en experiencias anteriores, las agrupaciones de piqueteros suponen un quiebre fundamental respecto de los modelos tradicionales de acción y representación. En primer lugar, las estructuras organizativas y las formas de hacer política son distintas, ya que la situación en sí es distinta: los objetivos son más urgentes y más primarios. En segundo lugar, se da cierto cuestionamiento hacia los partidos políticos y el sindicalismo tradicional, rechazándolos como representantes de los intereses populares.