Desde hace unos años se han venido instalando, tanto en Argentina como en otros países, un conjunto de consensos acerca de la existencia de un incremento de determinado tipo de acciones delictivas violentas por parte de sujetos que son cada vez más jóvenes. Es posible observar elementos de estos consensos en ámbitos políticos y sociales y en los medios de comunicación, pero también encuentran respaldo en algunas estadísticas oficiales. Sin embargo, parece ser menos visible socialmente la difusión del uso de la fuerza física por parte de funcionarios policiales contra esos mismos grupos que aparecen retratados en otros lugares como “emisores” de la violencia: jóvenes, varones y pobres.
Este trabajo tiene como objetivo describir y analizar este último problema –explorando algunas de sus vinculaciones con el primero. Está dividido en dos partes, que son complementarias pero tienen una cierta independencia lógica. En primer término, pretende dar un paso hacia la reconstrucción de la fenomenología de esta violencia policial en base a testimonios de jóvenes habitantes de los territorios de la exclusión social en la ciudad de Santa Fe, la mayor parte de los cuales se encuentra detenido en distintas instituciones. En segundo lugar, se propone comenzar a indagar, a partir del análisis de las opiniones y experiencias de funcionarios de la Policía de la Provincia de Santa Fe, las formas en que ciertos procesos sociales e institucionales y determinadas configuraciones del clima cultural de nuestras sociedades –tal como son decodificadas por los actores policiales- pueden incidir en la formación y estabilización de un conjunto de elementos en la cultura policial que operan como “técnicas de neutralización”, generando las condiciones para el despliegue de la fuerza policial contra los jóvenes.