Los hechos de nuestra actualidad nos ofrecen muchas posibilidades de reflexionar sobre las múltiples relaciones entre seguridad, estado de excepción, gestiones disciplinarias. No es nada de completamente nuevo. Tanto la teoría política como la reflexión filosófica del siglo XX, y en parte también del siglo XIX, han ofrecido muchos argumentos a este debate que parecen concretarse cada vez más. “Las tendencias históricas de nuestros tiempos afirman o temen... el triunfo de un estado de excepción que deviene la norma”, según un modelo de afirmación de “Normale Katastrophen” nuestra mirada se cruza con aquella del ángel de la historia de Walter Benjamin que mirando al progreso, (para nosotros de las tecnologías de gobierno) no ve “que una única catástrofe que amontona incesantemente escombros sobre escombros (Eine einzige Katastrophe , die unablaessig Truemmer auf Truemmer haeuft)”. La desaparición constante del limite entre excepción y norma hace de la catástrofe un paradigma de nuestros tiempos.