Mucho se ha escrito sobre el 17 de Octubre, fecha que señala un acontecimiento históricopolítico para la Argentina. Una gran cantidad de bibliografía y compilaciones intentan a partir de documentos de época, entrevistas, actas, componer una interpretación que nos aproxime a un sentido de verdad pero cualquiera sea el género con el que nos vinculemos se conjugan dos temporalidades: la de un presente del cual nosotros somos testigos pero que no cuenta, por no tener en su propia contemporaneidad la gloria distintiva que posee un pasado y la de un pasado que viene hacia nuestro presente con la intención de reorganizarlo y resignificarlo.
Nuestro presente se sustrae para trasladarse hacia el pasado, así como ese pasado viene a insertarse en nuestro presente y esta mutua dislocación es la que, de alguna manera, nos definiría como investigadores y que insiste en formalizarse a partir de métodos que homogenizan la relación autor-documento-interpretación , siendo nosotros operadores de un tiempo que no nos pertenece en la lucha por llegar a conocer una época y la pretensión de arribar a su verdad.
Todos estos desplazamientos son problemas de filosofía de la constitución del sentido de la historia y que en esta exposición intentaré articularlos en la última película de Leonardo Favio.