Este ensayo busca reflexionar alrededor de las inquietudes que, como docentes investigadoras y orientadoras de las cátedras de investigación, han surgido con relación a la formación de los estudiantes para la investigación y con la intención de encontrar nuevos caminos que permitan cualificarla. Estas inquietudes giran en torno a: ¿El proceso investigativo debe convertirse en el eje transversal de todo el currículo?, ¿Cuál debería ser la esencia de la formación en investigación en el nivel de pregrado?, ¿Los espacios académicos de investigación en el currículo son los responsables de enseñar a plantear objetivos, marcos teóricos, planteamiento de problemas, justificación, estrategias metodológicas entre otros?