La asignatura Metodología de la Investigación Social resulta un tema de interés tanto para alumnos y alumnas como para docentes. Dicho interés emerge, en general, desde su complejidad para ambas partes, generándose múltiples voces en distintos tonos y sentidos, llegándose al límite de cuestionarse su relevancia dentro de las curricula. En la Carrera de Sociología (al menos en la Universidad de Buenos Aires) las calificaciones peyorativas y farragosas, respecto a dicha asignatura, suelen recorrer caminos de diverso grado de formalidad académico, sin revisar -al menos- su relación con la construcción del conocimiento y desatendiendo a la relevancia y los desafíos en el binomio enseñanza-aprendizaje. Las miradas suelen referir al dictado, a sus contenidos y a la dificultad de transitarla, desde los y las estudiantes, en tanto desde la docencia se discute respecto a la posibilidad o imposibilidad de aprender y aprehender a investigar sin investigar, revisando las limitaciones del espacio áulico y -también- la consideración de la propia metodología de la investigación como campo disciplinar. Para aquellos y aquellas preocupados en tanto docentes y ocupados en tanto investigadores/as, estas "voces" impone revisar y reflexionar al respecto.