En la sociedad contemporánea, es imperativo que las instituciones universitarias se comprometan con la formación de competencias para gestionar la producción del conocimiento científico, tecnológico y la generación de la innovación. Procesos derivados de la investigación y la aplicación de los saberes para atender a las necesidades del contexto social, productivo y académico. Por ello, se hace necesario el aporte de una formación profesional de calidad, promotora de nuevos estilos de enseñanza y aprendizaje, que contribuyan al desarrollo de capacidades y habilidades básicas en los estudiantes para la resolución de problemas en contextos específicos; en el marco de una sociedad que valora la formación del talento humano con pertinencia, como la estrategia básica para trascender en términos de formación efectiva y eficiente de educadores, que sean agentes transformadores y propicien una enseñanza y aprendizaje en contexto, para el entendimiento de problemáticas y la generación de soluciones concretas para la construcción de la sociedad mejor.