Chile se ha convertido en uno de los polos más atractivos para los inmigrantes sudamericanos, según el informe de 2008 sobre las Inmigraciones en el mundo, donde el país es el cuarto destino preferido del Cono Sur, después de Argentina, Brasil y Venezuela. Además, de acuerdo a los datos del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales (DAES) de la ONU, la CEPAL y el Departamento de Extranjería y Migración del Ministerio del Interior, Chile es donde más ha crecido la inmigración en Sudamérica. Se trata de población esencialmente de origen sudamericano (73%). Dentro de este grupo se destaca la población de origen fronterizo, que agrupa a más del 61% del total de inmigrantes, siendo especialmente relevante la comunidad peruana, que tiene mayor representatividad con un 37,1% del total, la comunidad argentina con un 17,2% y la boliviana con un 6,8% (Ministerio del Interior de Chile, 2008). Este escenario plantea importantes desafíos en materia de políticas públicas, especialmente, en el ámbito de la educación. El Ministerio de Educación de Chile ha planteado una agenda focalizada en la educación superior implementando una serie de medidas para fortalecer la formación inicial docente. Con ello se pretende instalar una política educativa y cultural que prepare a los futuros profesores para la convivencia con personas culturalmente diferentes.