Los procesos de movilidad humana constituyen fenómenos demográficos que actúan tanto sobre los espacios geográficos como modificando las estructuras sociales y económicas, afectando también la vida social a través de la expansión de prácticas culturales y valores que obligan a la recomposición de las sociedades. Los migrantes deben insertarse y adaptarse al nuevo medio social, cultural y geográfico en un proceso en el que, forzosamente, sus identidades personales y grupales se van reconfigurando. Debe decirse que, a la vez, las sociedades receptoras deben incorporar los flujos que llegan y vincularse con ellos. A partir de la aceptación de esta idea general se generan interrogantes sobre aspectos que suelen ser analizados con frecuencia por los estudiosos de los procesos migratorios como es la configuración de la identidad colectiva de los migrantes, en origen, y las reconfiguraciones que se producen en destino.
El propósito de esta presentación es reflexionar sobre las perspectivas teóricas y los diseños implícitos apropiados para estudiar las identidades y los cambios que van sufriendo, así como los problemas que aparecen en la construcción de información y el análisis de la misma.
Considerando distintas perspectivas teóricas desde las cuales suelen enfocarse los estudios sobre las identidades (de migrantes o no migrantes) de las cuales derivan los diseños y las técnicas, el propósito es hacer un análisis crítico de las mismas. Se ejemplifica con un estudio sobre la identidad de migrantes que arribaron a Argentina desde el ex bloque soviético en la década de 1990. Atenderemos especialmente a los recursos que han ayudado a configurar la identidad colectiva en los países de origen, a los que tomamos como un todo ya que experimentaron la misma organización política, económica y social. En este sentido los individuos que corresponden al colectivo, permiten reconocerlo y así es posible hablar de aspectos de la identidad social comunes independientemente de las diferencias culturales, étnicas y/o nacionales.