El periodo analizado de los eventos en Argentina, parte de considerar las implicancias de las decisiones, que los sucesivos gobiernos adoptaron de política económica y que provocaron cambios sociales negativos muy profundos, en vastos sectores. Todo lo cual, fue causante de una situación conflictiva, que se convirtió en la condición necesaria, para la generación de una variedad de formas de participación cívica, por fuera de las instituciones de mediación política tradicionales, como los partidos y sindicatos. En este sentido, las políticas adoptadas, junto a las prácticas de los políticos profesionales, comprendieron un verdadero cambio social, generador de modificaciones, que por su profundidad y alcance, dieron pie a una situación de oportunidad La escenario permitió identificar dos ámbitos: uno de índole objetivo, que tiene que ver con las condiciones concretas provocadas en la sociedad y el otro, subjetivo, porque refiere a la significación, que los actores le fueron atribuyendo, la cual construye el enmarque y la acción colectiva facilitó la germinación de una identidad común. En los actores antimodelo es posible identificar dos sectores: los independientes que comprendieron a autoconvocados y orgánicos y los dependientes que agruparon a sindicalizados y partidizados. Los independientes fueron de carácter autónomo de cualquier institución u organización formal (partidos, sindicatos, iglesia, uniones vecinales, etc.) y/o en franco rechazo de las mismas, con funcionamiento democrático para tomar decisiones (asambleario) y los orgánicos en cambio si se estructuraron dando lugar a formaciones más perdurables en torno a líderes de militancia política, social o sindical. Los dependientes se ajustaron a las formas tradicionales de hacer política, es decir estaban vinculados y/o fueron expresión de instituciones partidarias o sindicales minoritarias.