Los testimonios de las mujeres privadas de libertad exigen nuevos espacios de audibilidad frente a los mecanismos de gobierno del poder punitivo. Esas voces denuncian la emergencia de un ejercicio de poder que no se restringe al contexto de encierro punitivo, sino que aparece en un continuum de espacios y de prácticas de violencias. De esta manera, los testimonios de estas enunciadoras "transgresoras", que han desafiado a la ley, nos permiten comprender, por un lado, la especificidad del encierro en el caso de las mujeres; por otro lado, el lugar del testimonio como una producción privilegiada que remite al compromiso político de la coconstrucción de conocimiento y a la denuncia histórica de las atrocidades del presente. El objetivo de este artículo es analizar la narrativa testimonial de las cárceles a partir de tres aspectos: la significación del encierro, el continuum de violencias y la repolitización del cuidado a partir de los lazos sexo-afectivos de las mujeres encarceladas. Se presentan tres dimensiones que permiten analizar la contribución de la narrativa testimonial a fin de comprender la particularidad del lugar de enunciación de las mujeres "transgresoras" en conflicto con la ley penal.