Este artículo tiene por objeto reflexionar acerca de las prácticas colectivas de investigación como un insumo para la formación de futuros investigadores sociales. Partimos de nuestra propia experiencia como estudiantes de la carrera de Sociología de la Universidad de Buenos Aires (UBA) que se han incorporado a un grupo de investigación coordinado por docentes de la materia "Metodología de la Investigación Social" para afirmar que el no formar parte de una práctica de trabajo real con intercambios y acompañamiento entre aprendices y maestros, obstaculiza el proceso de aprendizaje relacionado con la elaboración de proyectos de investigación. Nuestra experiencia en dicho equipo se caracteriza por: i) nacer en el marco de un proyecto de investigación mayor en marcha; ii) asumir prácticas colectivas como modalidad de trabajo; iii) inscribirse en una dinámica de constante intercambio y reflexión de ideas (teorías y metodología). Entrelazando estas cuestiones, veremos en esta presentación cómo el trabajar en grupo y aprender a investigar durante el proceso, nos permite vislumbrar y potenciar nuestra capacidad para desenvolvernos y formarnos como investigadoras, posibilitando así el anhelado reencuentro entre teoría y praxis.